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The World of Pikifiore

De risas

Desde el mirador

Desde el mirador

A aquellas horas de la madrugada no cabía un alma en el local, los abrigos semidesparramados por el suelo y lo que antes habían sido elaborados peinados y maquillajes empezaban a desaparecer. La novia, con su vestido blanco, seguía siendo el centro de atención como se merecía.

Mi copa descansaba en una mesita cercana, y mi cuerpo, agotado, se mecía lentamente al son de la música mientras mis pies me solicitaban una tregua y mis empinados tacones me producían vértigos y malestar.

Estaba mirando a Toni, enorgulleciéndome de él, de lo rápido que había encajado, de lo solícito que se estaba mostrando, de que no quedaba nada del chico que conocí, el callado, el esquivo, el que evitaba el compromiso.

El calor inundaba el ambiente y necesitaba airearme y quitarme los zapatos.

Toni me encontró un rato después, en la calle, sentada en el muro de piedra que daba a las murallas. Reconozco que me quedé absorta, con los zapatos en la mano y a pesar del frío helador, no podía dejar de mirar las torres iluminadas, el cielo y el horizonte. Un marco precioso. Cuando Toni me miró, yo tenía las mejillas húmedas, y es que cuando ante mis ojos algo aparece así de grandioso no puedo evitar emocionarme, motivada además por el alcohol de la fiesta. Me sentí bien en ese momento, y es que había dejado de luchar ya por ese amor cuando llamó a mi puerta de nuevo hace unos meses, y en ese momento estábamos los dos, en silencio, desde el mirador en la ciudad de la santa, pensando en que así debía haber sido desde el principio.Y al final, fue. 

365 días

365 días

Hace un año, entre el sabor de una pizza, me dijo: “No dejes que otros decidan por ti, tú tienes que bailar en tu mundo”. Y eso hice. Y le dejé un espacio.  Hacía mucho tiempo que un fin de semana no me cundía tanto. Este sábado amaneció soleado.

El cielo despejado me trajo un Madrid luminoso como hacía meses que no contemplaba. Había luz en el Palacio Real y también en el Templo, y un montón de personitas deseosas de pasear y aprovechar las benignas temperaturas. El hambre me llevó de tapitas, y la sed me llenó de cervezas, vinos y fresas que poblaron en mi cabeza. El día me trajo fotos, paseos y vaciles mil con personas desconocidas. La tarde me trajo música en el metro. Guitarra en mano, Sol tembló.

La noche me trajo más gente, más risas y la sorpresa de conocer a una simpática bloguerita gaditana.

Ya otra persona salta de la pantalla del ordenador a las tres dimensiones.

Ya otra noche para recordar en mi libreta de recuerdos.

Ya un año bailando en mi mundo. 

Un poquillo de humor

Un poquillo de humor

He leído esto por la mañana y me ha hecho gracia, así que aquí queda.

¿Por qué las mujeres están tanto rato en el lavabo público?
El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de niña tu mamá te llevaba albaño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Finalmente te instruía: 'Nunca, nunca te sientes en un baño publico'
Y luego te mostraba 'la posición' que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza.


"La Posición" es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos,'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar.
Cuando 'tienes que ir' a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que pides la vez y esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos. Es la posición oficial de "me estoy meando".

Finalmente te toca tu turno, pero siempre llega la típica mamá con "la niña pequeña que no se puede aguantar más" y aprovechan para saltarse ambas la cola con todo el morro!. Entonces verificas cada cubículo por debajo para versi no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa...
Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste metiendo dentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso - ..
Pero volviendo a la puerta... como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas 'la posición'... Alivio...... AAhhhhhh....por fin... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar.... por que estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kgs. colgando de tu cuello.

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubrirte con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza "jamás te sientes en un water público!", así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las distancias una salpicada finíiiiiisima del chorro te salpica en tu propio culo y que ¡¡¡te moja hasta las medias!!! Tienes suerte si no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar "la posición" requiere una gran concentración.

Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo, ¡joooooder...! el rollo esta vacío...! (siempre) Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kgs. de trastos que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio.y en cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, si miramientos o todo el mundo te vera semi sentada en el aire con la bragas por la rodilla ¡¡NO!! Entonces gritas ¡¡¡O-CU-PA-DOOOO !!!', mientras continúas empuja ndo la puerta con tu mano libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo, (en eso las mujeres nos respetamos mucho) y te dispones a buscar tu keenex sin agobios, te gustaría usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en casos similares y te apañas con uno por si acaso.
En ese preciso instante se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor! das la luz de nuevo con la mano del kleenex por que la otra sigue sujetando tus bragas, vas contando los segundos que te quedan para salir de allí, sudando por que llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es que, hay que ver el calor que hace en esos sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues, con los gemelos a punto de estallar.

Sin contar el cabreo que llevas por el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, que todavía están mojadas... el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si te viera así; porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente, 'tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí'.
Pero la debacle no termina... estás exhausta, cuando te pones de pie ya no sientes las piernas, te recolocas la ropa rápidamente y tiras de la cadena ¡sobretodo! Si no funciona preferirías no salir jamás de ese baño ¡qué vergüenza! entonces sales al lavamanos. Todo esta lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón, te lavas en una posición de jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso desde tu hombro y acabe en la pica del baño bajo el chorro automático, el secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las manos en tus pantalones, por que no piensas gastar otro kleenex para eso! y sales pasando junto ala línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente, consciente de que has pasado ahí una eternidad.

Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado a tu zapato del largo del río Mississippi, o peor aún, con la falta arremangada pillada por tus medias que te subiste a la velocidad de la luz y enseñando el culo! Lo juro, a mi me pasó y no soy la única, me consta!. y sales.

En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba. '¿Por qué tardas tanto?' te pregunta irritado.
"Había mucha cola" te limitas a decir.
Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que tú solo tienes que concentrarte en mantener "la posición". y la dignidad.
 

Esto esta dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que usar un baño público.

Y finalmente os explica a vosotros, hombres, porqué nosotras tardamos tanto.

 

 

La pieza que encaja

La pieza que encaja Desde que Toni me coge de la mano por las noches y me despierta con su sonrisa,

desde que me viene a ver al trabajo por sorpresa y me regala puzzles,

desde que lo último que escucho antes de dormir es el sonido del móvil anunciándome que tengo un mensaje,

desde que sé que puedo abrazarle sin miedo

desde que me veo reflejada en sus ojos

desde que tengo la certeza de que le quiero

no he vuelto a sentirme insegura.

Por eso me da igual lo que haya ocurrido en un pasado, entierro las hachas de guerra, no me tiembla el pulso cuando escribo el nombre de nadie en mi diario de recuerdos, no siento resentimientos ni rencores hacia Gran Sapo, ni rabia cuando pienso en mi historia inacabada con Zak, ni enfado por un engaño tapado durante diez años, ni frío ni calor cuando Marcos vuelve a hablarme de la misma historia de siempre.

Porque así es como deseé estar. Esto es lo que deseé sentir.

Sólo ver a una persona encharca mi suelo firme...pero sé que fue lo mejor para los dos.

La Nochebuena se viene...

La Nochebuena se viene... …la Nochebuena se va…” Un año más, la Nochebuena se ha marchado, dejando atrás una cena de siete personas que invariablemente se reúnen en torno a la misma mesa a comer el mismo plato. No somos familia de grandes cambios, y mis abuelos, ya mayores, apenas reparan en este día, salvo por la presencia de un nuevo mantel en la mesa y la ausencia de sus habituales sopas de leche. No pido más, sólo que mientras sea posible pueda seguir celebrándolo con ellos. Y este año, ha estado a punto de no ser así. Hace unos días, mi abuela amaneció con mucha fiebre y fue ingresada en un hospital. Por suerte, fue un susto, y no faltó a la tradicional cena.Como casi cada año, mi padre contó las mismas anécdotas y mi abuelo sus mil historias de la guerra, mi madre supervisó los preparativos, y mi hermano y yo nos atrincherábamos en una habitación para evitar broncas de última hora por no haber llevado tal o cual cosa.El día de Navidad lo recibí de madrugada llorando en un coche junto a Pete, lágrimas agridulces producidas por el inmenso cariño que me demuestra día a día a pesar de que nuestros lazos se hayan roto. el día de Navidad terminó con una fotografía que recoge la ilusión de mi niño Toni al recibir su regalo.No me han faltado las personas que quería ¿puedo pedir más?Espero que hayais pasado unas felices fiestas. Ahora, el 2008, a la vuelta de la esquina nos traerá nuevas historias.

Volver a nacer

Volver a nacer Las fotos estaban colgadas en su espacio de Internet, la mayoría son de años pasados, las que yo quería no las encuentro, las de este año. Tras un repaso por la galería,  mi humor cambia, se oscurece. Desde las fotografías me sonríen rostros de los que todo lo sé, pero a los que apenas reconozco ya. Ahí encuentro a Pete y a Marcos, en nuestras vacaciones de la playa, atrás quedaron esos días, atrás las noches de concierto, las de cervezas…

No vale la pena ponerse triste, los tiempos pasados no fueron mejores, como dice Manrique, simplemente fueron diferentes. Aunque en ocasiones se nota el vacío.

Selecciono algunas de las fotos y las guardo en un archivo donde he ido guardando estos días recuerdos de mi vida. Lo sucedido a Héctor me hizo buscar como una loca en los cajones jirones de aquellos años. Las fotos que he guardado, engordan el archivo en el que ya están guardadas las que encontré de mi casi hermano.

Durante estos días, en mi casa no se ha hablado de otra cosa, las noticias llegan con cuentagotas, y mis padres han pensado en emprender viaje antes de Navidad. Llevamos dos días sin saber nada.

Como si un ente me leyera el pensamiento, mientras miro al pequeño Héctor de diez años cogiéndome la mano en una foto, suena el teléfono y se me encoge el corazón cuando desde el salón escucho a mi madre llorar.

Al mirarla, veo alegría en su rostro. Héctor vivirá. Ha ganado la batalla.Es entonces cuando la tarde gris se vuelve naranja. Nuestro milagro de Navidad 

Dos años han pasado

Dos años han pasado

Un fondo azul celeste, un texto color grana junto a letras rosas, fuertes, al contrario que mi estado aquellos días, débil, marchito…, unas fotos elegidas al azar y un bebé sonriente y risueño que buscaba transmitirme lo que a mí me faltaba, el regocijo. A continuación, un nombre, mi particular manera de denominarme “pequeña flor”, de manera liberal, casi inventada, una “fiore” diminuta, sin pétalos.

Luego vinieron los escritos, pequeños llantos que no salían de mis ojos, sino de mis manos, espejo de mi alma, pequeñas letras para sentimientos grandes. Después, todo cobró vida, pues llegó lo más importante: vosotros.

Firmas y comentarios anónimos que dejé de considerar como tal, puesto que tras cada uno, hay un nombre, una opinión, un lector, una vida. Abrazos que me han llegado a través de la pantalla y besos que he sentido dados.

Ánimos que me han hecho esbozar una sonrisa.

Todo este conjunto, es lo que da carácter a esta página, que hoy, cumple dos años.

Poco queda de lo que era mi vida en aquel momento, diferentes trabajos, diferentes amigos, unos que llegaron, otros que quedaron por el camino, amores perdidos y vueltos a encontrar. Muchos cambios, algunos que no recordaba y he rescatado de los archivos.

Cuando escribí las primeras líneas, era una flor a la que le faltaba el sol, pues se había secado. Hoy Fiore ha crecido en su maceta y se encuentra saludable. No le falta quien le riegue. Muchas gracias a todos por hacerme un huequito de vuestro tiempo para leer mi puzzle de historias.

Del Támesis a Picadilly

Del Támesis a Picadilly Tras años de intentos frustrados, de folletos vacacionales que acababan guardados en un cajón, de palabras que no llegaban a nada, por fín he viajado con Toni. Unos días de descanso en pleno noviembre que no han venido sino a confirmar lo que ya intuía, que no somos los mismos de antaño, que los días turbios son ahora los que están en el cajón y que parece como si nos hubiéramos conocido en el mes de junio, y no aquella lejana noche de 2002.

Ha sido la escapada que necesitaba. Y la que con más cariño recordaré desde el mismo momento que subí al avión y me agarró la mano consciente de mi miedo a volar. A pesar del caos con las maletas y el equipaje dañado, de la intensa niebla al llegar al destino, de mis pequeños enfados por las gestiones del hotel y su extrema parsimonia, prefiero quedarme con los abrazos en el ascensor, las sonrisas nada más despertar y su cara junto a mí antes de dormir, el peluche de regalo en la juguetería más grande y las carreras bajo la poco agradable lluvia londinense, los paseos por el Támesis y las fotos desde el barco con la cúpula de San Paul de fondo.

Londres, una ciudad inabarcable y llena de contrastes. Grandes parques llenos de estatuas, majestuosas catedrales que sobresalen junto a edificios más modernos, plazas en las que la vida no acaba y un gran río. No olvidaré nunca la sincera conversación que sostuvimos, cuyo testigo, un imponente Big Ben iluminado, me devolvió la luz y la ilusión.  

Noviembre dulce

Noviembre dulce

Los meses vuelan y sin casi pestañear hemos avanzado noviembre entre días soleados poco frecuentes por estas fechas. Mi organismo parece recuperado de los ataques de la semana pasada, por suerte la mañana del sábado tenía un aspecto bastante presentable, de no ser así dudo que hubiera podido ir a casa de Toni. Sus padres me habían invitado a comer, y los nervios y la inflamación fueron mi única compañía los días anteriores. A final, todo salió bien. Me acogieron amablemente y me sentí bienvenida. Pasé allí el día, hojeando libros y revisando viejos álbumes de fotos. Y volvimos a sacar del cajón marcos escondidos tras años de separación, y en el corcho volví a estar yo y se volvió a escuchar mi música.

La noche se nos fue entre chupitos multicolores y dulces, y bailes revueltos entre las cuatro paredes del estrecho bar del centro, en el que el pasado se reconcilió con el presente. En una noche en la que otra persona que fue causante de mil disgustos casi en otra vida, dejó de ser amarga ya hace mucho y ahora es amiga.

Ahora los días pasan esperando el frío, tengo ganas de ponerme gorros y guantes, y sentarme en una cafetería a tomar una bebida caliente. Los días pasan entre planos, folletos y reservas de billetes, escapadas de fin de semana, confidencias y mucho corazón.

Este es el noviembre que quiero.

Recuperando amistades

Recuperando amistades

Hace casi seis meses pasé unos días difíciles. Cada día estaba menos segura de querer seguir con Pete, y más de que mi corazón le pertenecía a Toni. La ruptura con Pete supuso también un gran distanciamiento con mi amigo del alma, Marcos. No tomó muy bien la decisión de que sus dos mejores amigos pusieran fin a su historia y se alejó algo más de mí, aun sin culparme, dice que le decepcioné. No comparto su opinión, pero me apena.

Los tres formábamos un gran equipo, antes de que Pete y yo dejáramos nuestra amistad a un lado para empezar a salir. Ese fue mi error. Como amigos éramos geniales, como pareja, un espanto.

Añoro los tiempos en los que no existía ningún conflicto sentimental entre nosotros tres, planificábamos escapadas, íbamos de vacaciones juntos, reíamos y llorábamos nuestros fracasos. Yo era la niña, y ellos mis ángeles guardianes. Hace seis meses, terminó una era.

Las llamadas se redujeron, y aunque la confianza sigue intacta, me siento cohibida cuando estoy con ellos.

De vez en cuando nos vemos, por no perder esa unión, por recuperar lo que un día fuimos.

Este fin de semana, me reuní con ellos. Allí estábamos los tres como antaño. Mirar a Pete aún me produce pinchazos de culpabilidad en el estómago, pero a pesar de lo ocurrido, mis ojos no esconden el reflejo del cariño que siempre profesé hacia él. Cariño, que no amor.

Y al hablar con Marcos, me doy cuenta de lo muchísimo que le echo de menos, de que su voz ya no me habla todas las noches al otro lado del teléfono.

Y aunque hoy en día, amor no me falta, pues estoy feliz, no pude evitar que se me hiciera un nudo en la garganta cuando nos abrazamos al despedirnos.

Sólo necesitamos paciencia. Sé que estarán de nuevo. Aunque nada será como antes. Es inevitable, no se puede tener todo

La novia alada

La novia alada

Ella llegó a mitad de curso procedente del otro lado del océano y la sentaron a mi lado, puesto que mi compañera había decidido cambiar de clase. Lo primero que me impresionaron de ella fueron sus grandes ojos, después vino su acento sureño y tardes más adelantes sus miles de escritos, sus miles de historias, su percepción opuesta del mundo, su tranquilidad…Ella ponía paz a mi vida de guerra, y esperaba en su casa sentada frente a sus cuadros y sus bocetos a que yo entrara acelerada a narrarle los acontecimientos cada fin de semana. Vivía en una jaula de cristal, y contemplaba el mundo a través de mí. Apenas salía. Su mirada tranquila, me daba calma. A lo largo de los años me fui dando cuenta de que su vida iba escribiéndose según lo que ella había ido planificando.                   

Ella se casó este fin de semana, a la edad que me dijo que lo haría, con la persona que eligió a los catorce aún sin saberlo ella entonces, en la misma iglesia que pintó para mí en un cumpleaños, y con el vestido que habíamos dibujado y diseñado las tardes de los domingos en su casa cuando aún nuestras paredes se reducían al colegio de las monjas.

Y yo, testigo de mi primera boda, lloré como una magdalena, porque la ví feliz, porque siempre será para mí la niña de cuento, y espero que su vida sea como tal.Y apretando la mano de Toni,sonreí satisfecha mientras blanca y sonriente ella caminaba hacia el altar.

Llueve sobre mi banco de madera

Llueve sobre mi banco de madera

Dos años atrás…un banco de madera…él y yo…

El suelo de la plaza está mojado, ha llovido mucho y en un pequeño charco la rosa yace marchita, empapada y con su color oscurecido. La rosa es mi corazón, y sus pétalos derramados son mis lágrimas. Vuelve a llover, vuelvo a llorar…pues se ha ido.

Dos días atrás…un banco de madera…él y yo…

El suelo de la plaza está mojado, ha llovido mucho y en un pequeño charco de agua aún puedo ver cómo caen las últimas gotas aisladas. El agua hace de espejo y me contemplo la cara, si sigo sonriendo se me va a romper la boca. En mi mano, una flor, en mis ojos, la dicha. Y aunque comienza a llover, mi corazón no se moja, pues el camino continúa en el mismo lugar donde lo dejamos.

A veces hace falta irse, para volver. Y aunque el camino ha sido largo, no perdí la esperanza de llegar a mi destino. A tu destino. Mientras llueve sobre mi banco, sale el sol en mi corazón.

¡Estoy nominada!

¡Estoy nominada! …y no, no para salir de la casa de Gran Hermano, para empezar no creo ni que me cogieran, no soy ni friki ni especial…A lo que voy, el caso es que esto muy contenta porque Susana y Cora me han dado un premio, así que voy a cumplir con mi parte. El trajín de los últimos días apenas me ha dado tregua, pero aquí voy.

Las reglas:

1.- Si alguien te otorga el premio, escribe un post con los 5 blogs que te hacen pensar.

2.- Enlaza el post original , así la gente puede encontrar el origen del mismo.

3.- Exhibe o muestra el “Thinking Blogger Awards” con un enlace del post que tu mismo escribas. Hay dos modelos de botón para mostrarlo en el blog, plateado o dorado, tu solo has de escoger el que más te guste o mejor combine con tu blog.  Esto me pone en la difícil situación de tener que decantarme por ¿solo? cinco blogs, tarea complicada, pero bueno. 

- Rayan: Porque me encanta esa manera de convertir en poesía los hechos cotidianos, su pasión por la música y esos acordes que se dejan escuchar en todos sus posts. Me gusta  el acto de valentía al cambiar de ciudad y lo admiro ya que yo no sería capaz. Y porque desde el día de los labios negros, ya no es sólo un nick. 

- Su: Porque fue el primer blog que leí y desde entonces no pude dejar de visitarla, porque sus letras llegan dentro y sus posts contienen muchas frases que he guardado. Porque me admira esa relación que mantiene con Diego, tan sólida con el paso de los años 

- Maktub: Porque he llegado a llorar leyendo cómo echaba de menos al chico del dragón tatuado, y me ha hecho verme a mí misma. Porque sus posts son sensuales y bellos y porque leerla es una vitamina a la que no se puede renunciar. 

- Alba: Porque es todo sentimientos, se desgarra por dentro en sus posts más tristes y hace que me entren deseos de darle un abrazo en la distancia.Y porque después de muchas dificultades ha encontrado un camino con su chico y ese amor se refleja más allá de las letras. Y bueno, se supone que tengo que elegir cinco, pero, voy a dar un premio conjunto,jajaja, como en el centro cultural de mi barrio. 

- Cora y Elena: Porque las dos me recuerdan mucho a mí, en su manera de contar las cosas, cada una por algún motivo. Cora es directa y se come el coco igual que yo, tiene un grupo de amigas variopinto que concibe las relaciones de pareja de modo diferente y no tiene más remedio que aguantar a los amigos de turno que van de graciosillos.Y por su parte, Elena es muy salada contando las cosas,como yo, está viviendo un amor con alguien del pasado que ha reencontrado, además compartimos profesión y por lo que creo, parecido físico,jajaja.

Bis die Woche, die kommt!...

Bis die Woche, die kommt!... ...o lo que es lo mismo ¡hasta la semana que viene!. Me marcho unos días al país de la cerveza, a ampliar mi conocimiento de Europa y a estrenar mi cámara de fotos con paisajes alemanes.¡Que os vaya a todos muy bien por aquí! 

Sueños y realidades

Sueños y realidades

Hoy me he despertado inquieta y con la cara mojada, he sabido entonces que lloraba en mi sueño. Ya quedaba poco para levantarme y no he sido capaz de volver a dormir. No recordaba exactamente los hechos, pero sí sabía que tenía que ver con Toni, otra vez. Me ocurre a menudo. Si las cosas van bien en mi vida real, los males se me presentan en forma de sueños.

Si hace un año alguien me hubiera dicho que a estas alturas de agosto llevaría ya casi cuatro meses con Toni, probablemente me hubiera reido en su cara, pero así es. Es real y me siento feliz, y a medida que crece esa felicidad, crecen los miedos. Tras cinco largos años de encuentros y desencuentros por fin estamos juntos, y cada vez que pienso en la posibilidad de perderle, una angustia se adueña de mi estómago.

Tras tomar un café he cogido mi coche hasta la parada del autobús, demasiado temprano para que las calles tuvieran luces, demasiado vacío todo, es lo que tiene vivir tan lejos, madrugo demasiado. Me asusta la parada porque está en medio de la nada y las malas hierbas crecen junto al poste indicativo, rebeldes. Agobiada aún por mi sueño, empiezo a tener malos pensamientos ¿y si le ha pasado algo y esto es un aviso?, pienso en llamarle pero me contengo, son las 6 de la mañana, y sería yo la que le asustara si le suena el móvil tan pronto.

Y entonces, como de la nada, aparece. Allí está, bajo el poste que indica el número de bus. Me asalta una risa nerviosa y él me mira como si estuviera chiflada. “Sólo quería darte una sorpresa”…Y me siento ridícula por mis sueños y afortunada por mi realidad.

Cerrado por...vacaciones de Fiore

Cerrado por...vacaciones de Fiore

Sostengo el calendario en la mano y vuelvo a contar, son diecinueve días, una parte de los que necesito para sentir de nuevo el gozo de dormir hasta tarde, de salir a charlar en una terraza hasta las mil, de notar el agua salada golpearme los tobillos y de llenarme de besos en la madrugada.

Me voy, ahora que mis fuerzas empezaban a fallarme, ahora que mi cuerpo me duele y pide a gritos un descanso. Me voy, pero volveré pasado ese tiempo para contaros más cosas y para seguir leyéndoos.

Un beso muy fuerte desde estas lineas.

 

Cielo de verano

Cielo de verano


”Si pienso en ti siento que esta vida no es justa

Si pienso en ti y en la luz

de esa mirada tuya

 

No quedan días de verano, el viento se los llevó

un cielo de nubes negras cubría el último adiós

fue sentir de repente tu ausencia como un eclipse de sol

¿por qué no vas a mi vera?

 

Desde esos días de verano

vivo en el reino de soledad

nunca vas a saber cómo me siento

nadie va a adivinar cómo te recuerdo…”

Hoy he escuchado esta canción y no he podido reprimir un pequeño sentimiento de pena por lo que perdimos aquel día. Durante meses me acordaba de tí y de esos días que el verano nos robó, y nos quitó un sentimiento que los dos teníamos, pero ninguno equilibraba.

Hoy esa canción es una más del pasado, porque cuando la escucho me repito que no volverán a sucederse los mismos errores.

Hoy sonrío al recordarte. Espero el momento para llamarte y me río porque tenemos una oportunidad por delante. Ya no hace falta que te recuerde en la distancia, porque puedo coger tu mano para darme cuenta de que estás ahí. Y puedo sentir tus abrazos y tus besos más intensamente que antes.El verano no nos robará más días.Por eso ya no veo un cielo de nubes negras, sino una inmensidad celeste que se extiende hasta el infinito.

Noche de San Juan

Noche de San Juan

Dicen que se trata de una noche mágica, que conmemora el nacimiento de Juan el Bautista, y que los deseos se cumplen bajo su amparo. Yo no creo en esas cosas, pero resulta bonito pensar en ellas. Realmente, la noche algo tiene.

El calor de la hoguera hizo que mis mejillas estuvieran rosadas, y la calidez del ambiente hizo su parte. El fuego se reflejaba en sus ojos mientras me hablaba, se notaban los tonos anarajados más o menos intensos según el momento. Y podía sentir su fuerza.

Pensé entonces que quizá sea verdad la magia que se atribuye a esa noche, y que, estaría muy bien que los deseos se cumplieran.

Quizá, el mío lo haga.

Donde nace la ilusión

Donde nace la ilusión

Hay personas a las que la vida nos vincula continuamente, personas que están unidas a ti aunque no estén contigo, y que cuando están y se marchan, no terminan de desaparecer…Personas que te roban el alma, y un poquito del corazón con cada recuerdo.

Con él me ocurre eso. Y una y otra vez volvemos a encontrarnos, en busca de un momento en que ya no nos separemos.

Y la ilusión de una mirada brilla como el primer día, como antes de que salieran las primeras nubes. Y el tiempo no pasa cuando estoy a su lado, y la luz no se apaga…Es él quien me provoca mariposas, es en él en quien pensaba cuando dejé a Pete, y es la persona con la que quiero estar. Pero sé que no es un camino fácil. Sin embargo, algo me impulsa a tener ilusión. Como la tuve hace años, pero más madura.

Desde hace días me duermo con una sonrisa en los labios. Nos hemos vuelto a encontrar en el mismo punto del camino, y veremos si logramos recorrerlo juntos…pienso que algo ha cambiado. El tiempo lo dirá.

En primavera...

En primavera...

Hoy se ha declarado formalmente el inicio de la primavera en la capital, a la que las lluvias de los últimos días le habían puesto muy difícil una entrada en condiciones. El sol que brillaba al mediodía bajo mi ventana, me ha llevado a improvisar una comida al aire libre para que mi cara empiece a coger color.

Sentada frente al estanque del Retiro llegan a mí los chapoteos de los remos, algunos torpemente sostenidos por grupos de amigos que ríen ante la posibilidad de caer al agua. Aunque acudo al parque ocasionalmente, hacía años que no me acercaba al estanque. Eso me ha traído a la memoria la última vez  que paseé por allí con Toni en uno de los momentos más estables de mi vida anterior. Una soleada tarde en que alquilamos una barca cuando aún no habíamos hecho más que comenzar un periodo que nos llevaría de enfados a reconciliaciones de continuo. Vuelve a hacérseme extraño el hecho de que después de todas las turbulencias hayamos conseguido ser amigos…

Hay mucho ambiente hoy en el parque y me siento tentada de no volver de nuevo al trabajo, pero tengo muchos días por delante para repetir la experiencia. Hace unos días, noté como se me despertaba el gusanillo de dormitar a la sombra de aquellos árboles, o charlar tranquilamente viendo pasar el tiempo, pero aunque la compañía era buena, mis ojos se veían incapaces de seguir abiertos durante mucho tiempo, y mi cuerpo notaba a marchas forzadas el malestar producido por muchas horas sin dormir.

De nuevo un fin de semana intenso, de pasar poco por casa. Pete me riñe como un padre, y me dice que me cuide, pero cuando uno está a gusto hay que aprovechar, al fin y al cabo si me acuesto ya es mañana, y yo quiero alargar el hoy.