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Máscaras, disfraces y recuerdos

Máscaras, disfraces y recuerdos

Junto a la ventana de mi despacho se levanta ahora un enorme escenario instalado en el patio con motivo de las fiestas de Carnaval. Durante toda la semana, los operarios de sonido y de instalaciones han estado afanándose en la tarea, por lo tanto, mi semana ha sido poco productiva. Con tanto ruido ahí fuera no se puede trabajar igual, pero el caso es que ha quedado muy bien.

Mañana inauguran el carnaval y comenzarán las fiestas. Habrá desfiles y bailes, pero yo no podré ir porque estaré estudiando en mi casa, ya que el sábado me examino otra vez . Tampoco me apetece.

El año pasado estuve por primera y de momento única vez en un desfile. En Madrid no se viven igual los carnavales, al menos yo no los vivo a fondo porque no son unas fiestas que me gusten demasiado. Pero el año pasado fue especial porque fue durante el desfile cuando surgió la relación por la que he derramado tantas lágrimas en los últimos meses.

Desde siempre he sido muy vaga para disfrazarme y aunque luego me veía muy graciosa me costaba tomar la iniciativa de decidir de qué quería vestirme. Ahora con el paso del tiempo ya hace muchos años que no me disfrazo, más que por sentido del ridículo por pereza. Sin embargo, me gusta ver a la gente disfrazada y participar en la elaboración del traje. Mis amigos adoran disfrazarse y para ellos, no hace falta que sea carnaval para hacerlo, se buscan cualquier excusa para hacerlo en cualquier mes del año.¡No nos habremos echado risas cuando en pleno mes de junio deciden montar su propio carnaval!. Este año creo que no habrá disfraces, al menos no en febrero.

Cuando estaba en el colegio, estos días representaban excusas para no ir a clase, pero a diferencia de los otros niños del barrio mis días sin clase eran diferentes ya que mientras los demás estaban jugando yo tenía que ir el miércoles de ceniza al colegio para que las monjas me hicieran el ritual de la ceniza. Nosotras presumíamos luego para ver quién era la que tenía más ceniza en el pelo, cuanto más se tenía más molaba. Después las monjas nos daban una comida especial y nos anunciaban que en muchos días (cuarenta) ya no podríamos comer carne, y yo lloraba, porque a mí era lo que más me gustaba...

Entre recuerdos, me voy a tomar el café de media tarde. Mientras, en el patio se hacen los últimos ajustes de sonido y se escucha algo de música.

“Todo aquel que piense que la vida siempre es cruel tiene que saber que no es así que tan solo hay momentos malos y todo pasa .Todo aquel que piense que esto nunca va a cambiar tiene que saber que al mal tiempo buena caraaa.Ahh, no hay que llorar que la vida es un Carnaval y las penas se van cantandoo”

 

 Pues eso, que me lo aplique yo la primera.

 

 

 

 

5 comentarios

Su -

Lunes de carnaval, fiesta hasta las mil.... Hace años no me hubiese perdido este día ni loca, es más, recuerdo alguno que incluso lloré por no poder salir.
Lo que son las cosas, llevo viendo a mis amigas dos semanas preparando el disfraz y no me han entrado ni tan siquiera unas pocas ganas de salir.
La perspectiva de quedarme tranquilita en casa sabiendo que mañana no se curra (aquí en Gijón es fiesta) es inmejorable.
Lo que son las cosas...

Un beso muy fuerte

monocamy -

Qué lindaaaa jajaja Llorando porque ya no podía meterse atracones carnívoros en mes y pico :P

Quiero decir, he visto niños llorando por un helado, una bolsa de gusanitos o un polo de limón... pero nunca vi a ningún niño o niña llorando por una chuleta de aguja juasjuas

DISFRÁZATEEEEEE y véngate de todossssssss!

ah, no... que tienes que estudiar, es cierto :PPPP

Anawin -

Hay quien se quita la mascara en esta fiesta, y sale su verdadero yo. Me encanta el carnaval. Besos.

Alma -

Esa canción me trae muy buenos y bonitos recuerdos, cdo estoy un poco chunga o veo que alguien no está, la canto o se la canto...
Yo tb quiero carnavales!!!! no sé por qué en la capi nos los quitaron...
Cuídate, besos y un big abra:
Alma;) (F)

kamala -

Pikifiore, siempre me quitas las fotos, ya me ha pasado otras veces jajajaja. Esa la he cogido para cuando hable de los carnavales.

Hoy, casualmente también, he hablado del uso de máscaras, pero con otro significado diferente.

Como hablaré en mi blog de los disfraces no diré más, sólo que a mi no me pasaba como a ti en lo del miércoles de ceniza. Lo bueno que tenía era que perdíamos clase por la misa que daban. Y no comíamos carne, es verdad. Eso tampoco me gustaba, pero no lloraba jajajaja. Supongo que eras pequeña.

Un besito.