En la boca del lobo

Me gusta conducir, pero a la vez me asusta, no puedo evitarlo, mi coche parece un avión y me siento muy pequeñita en esa mole.
Cuando me propusieron ir a pasar la noche en aquel pueblo me pareció una buena ocasión para quitarle el polvo al pobrecillo y sacarlo del garaje.
Y la oscuridad de la carretera me bloqueó, y esas curvas que parecían no tener fin. Menos mal que siempre hay alguien para solventar ese tipo de problemas y hacer que se restablezca la calma. Y es que por más que intento controlar mi nerviosismo, éste siempre aparece.Por suerte, el camino mereció la pena, pues una escapada siempre viene fenomenal y las risas y los bares desconocidos en pueblos pequeños, tienen su encanto. Lo único que me chafó la noche, fue una desafortunada llamada de teléfono, y es que no aprendo, me encanta torturarme y me fastidia no estar segura de mí misma Afortunadamente, pienso luego que no tengo motivos y me da por reir. Y espero seguir riendo mucho tiempo.
9 comentarios
estrella fugaz -
Yo lo del coche... a acostumbrarse, no te empequeñezcas en él.
Un beso
Cora -
Elena -
Igrein -
Me alegro que fuera bien el finde... la llamada??? Olvidada, no???
Un besazo!!!
Luna -
Un beso
Manuel -
Yo he conducido bastante, por mi profesión de comercial, y la verdad es que cada vez me da más "repelús" el salir a la carretera, sobre todo por las "burradas" que veo que hacen muchos imprudentes, que ponen en juego sus vidas y las de los demás, que muchas veces no tienen culpa.
Un saludito desde Valencia
susana -
Alba -
A mi me encanta conducir... ;)
Pues si, a veces parece que no aprendemos, o es que quizá olvidamos que somos como somos y no cambiamos por mucho que queramos!
Un beso nena
ELRAYAn -
Debes de tranquilizarte, estuviste muy tensa todo el tiempo.
Lo del sábado noche pasa a menudo cuando vas con la taja, ya sabes la regla que te dije: "nunca hablar a partir de la 1 AM".
Y no me tengas en cuenta lo del 4.75, ya sabes como soy ;-)
MUAKS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
PD: Mira mi flog.