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The World of Pikifiore

Lugares de la memoria

Lugares de la memoria

“De adulta he conocido con frecuencia ese legado tan peculiar que el tiempo otorga al viajero: el anhelo de ver un lugar por segunda vez, de encontrar de manera deliberada aquello con lo que nos topamos en alguna ocasión anterior, para volver a capturar la sensación del descubrimiento. A veces, buscamos de nuevo un lugar que ni siquiera es notable en sí mismo. Lo buscamos porque lo recordamos, así de sencillo. Si lo encontramos, todo es diferente, por supuesto. La puerta tallada a mano sigue en su sitio, pero es mucho más pequeña. Hace un día nublado en lugar de glorioso. Es primavera en vez de otoño. Estamos solos y no con tres amigos. O todavía peor, estamos con tres amigos en lugar de solos”

(Elizabeth Kostova, La Historiadora).

Yo no soy viajera, ni conozco gran cosa del mundo, pero no me hace falta ir muy lejos para tener esa misma sensación. Todos, en algún momento dado de nuestras vidas hemos idealizado un lugar, lo hemos magnificado y guardado en nuestro corazón porque lo asociamos a algún momento especial de nuestras vidas. A veces incluso pequeños lugares que para los demás no significan nada: un banco en un parque, un pequeño jardín, un edificio, un rincón de la playa, una convergencia de dos calles…Una iglesia, una estación de metro.

Lugares que han visto infinitas despedidas.

Muchos de esos lugares mantienen viva su esencia, pero nosotros habremos cambiado o la percepción que tengamos de ellos será distinta. Nunca será como el primer recuerdo. A menudo pienso en lo que me gustaría regresar al pueblito francés donde estuve una temporada, a volver a pisar el claro del bosque en el que acampábamos y tomar un crèpe en la misma terraza en que lo solía hacer. Pero temo que haya cambiado. Así que lo conservaré en mi memoria tal y como yo lo conocí.

4 comentarios

ELRAYAn -

A veces las pequeñas cosas o los lugares más insignificantes son los que nos hacen grandes.

monocamy -

Qué post más lindo :))

Así que, antes de nada, recibe un beso :**

Como sé que te caigo muy bien y, por tanto, te habrás leído como una loca los 164 artículos de mi blog (porque te los has leído no????? amosss como menteredequ...) a estas a alturas ya sabrás que soy un desarraigado.

:O

No pongas esa cara porque no es una enfermedad ni nada contagioso, joder. Quiero decir que no tengo amor por la tierra, ni morriña, ni... ná. Yo soy un ciudadano del mundo y estoy capacitado para ser feliz tanto en Miami como en París, en la Moraleja o en Acapulco.

Bueno, me salieron esos ejemplos un poco... A ver, tanto en Tokio como en.. hum... Madagascar, como en Palencia. Sí, queda más ilustrativo, dónde va a parar...

Bueeeno, cuando era pequeñito me gustaba ir a la casita de la aldeíta. La tenía idealizadita. Y me gustaba correr detrás de las gallinitas...

joder... :(( no soy capaz de escribir nada sin doble sentido.. no sé qué hacer ya.. toy dezezperao...

Un bezito Pikifiore.. snif...

:***

Alba -

Me has recordado aquella frase de Joaquin Sabina... "El lugar donde has sido feliz, no debíeras nunca volver..." Yo tengo lugares tambien magicos en mi memoria, me encantaría volver a verlos ¿que remedio? El unico lugar donde existe la felicidad de esos lugares en es nuestra memoria ¿no?

Un besito

estrella fugaz -

sí, volviendo a los sitios de los que guardamos recuerdos tan buenos, que probablemente hemos magnificado con el tiempo, nos encontramos con que las cosas cambian, pero hay que pensar que nosotros también hemos cambiado, que lo bueno no es ir allí a recuperar unas cosas que ya no tenemos, o incluso no queremos, sino que es poder ir allí y recordarlo, recordarnos como éramos antes, y recordar las cosas buenas que nos han pasado, que nos han hecho ser como somos ahora.
Un beso