El valor de una promesa
Se acaba una relación.
Se acaba una relación y te mueres de adiós.
Se acaba una relación, te mueres de adiós, y entre tanto descalabro, acabas olvidando tu remolque de promesas rotas. Ese remolque que, impulsado por la pasión inicial y el romanticismo más optimista, jamás perdió la velocidad de crucero. Tú te paras, te apeas, provocas baja emocional, pero tarde o temprano ese remolque vendrá a por ti, atropellándote con toda su inercia, mala hostia y celeridad.
Y si en algún momento te falla la memoria, no te preocupes. Padres, suegros, hijos, amigos y familiares varios están ahí para darle un último impulso al remolque justo en el instante del impacto, y recordarte los planes que teníais, lo mucho que la querías, lo mucho que la quisiste, lo mucho que aún deberías estar queriéndola si de verdad fueses cumplidor y no este hatillo de decepciones en el que con los años te nos estás convirtiendo.
Las promesas.
Las promesas duelen siempre a destiempo. Serían el equivalente a criar un tigre de Bengala. Sabes que al principio es monísimo, tierno, encantador, pero que algún día, sí o sí te arrancará un brazo, una pierna, o cualquier otra extremidad. Y así andamos, cada vez más cojos, más mancos o lo que es peor, con menos extremos que arrancar.
Llega un momento en el que ya no te crees nada de lo que te dices. Es cuando te das cuenta de que con los años, a toda promesa le ha salido un matiz. Te querré hasta fin de año, tendremos un hijo para cada uno, se llamarán como tu cartero y mi estilista, viviremos en casa de tus padres, cuando se mueran los dos.
Prometer es mentirle al destino. Prometer es perder por adelantado. Hipotecar lo inexorable. Prorratear lo inexpugnable. Autojoderse en diferido.
Aunque claro, parece que prometerse cosas acaba siendo necesario para avanzar. Con uno mismo y con los demás. Porque actúa como timón de las relaciones sentimentales: marca el rumbo a seguir, pero ni de coña te esperes que sople viento sobre las velas.
Pero es que si no prometes nada, tarde o temprano te enfrentarás a la pregunta a la que se enfrentan los que cometen la desfachatez de vivir al día, de disfrutar el momento, de habitar sola y únicamente en el presente. Cariño, ¿hacia dónde va lo nuestro?
Yo cada día me siento más orgulloso de mis dudas. Las únicas que, con el tiempo, acaban siempre confirmándose. Las únicas que, con los años, jamás me van a traicionar.
Hoy, mientras la palabra nosotros se me escurre líquida entre los dedos, me voy dando de bruces con todas y cada una de mis incompetencias emocionales. No he sido capaz de hacerte feliz. No he sido capaz de estrecharte entre mis lazos. No he cumplido casi ninguna de mis promesas. No he respondido casi ninguno de tus porqués.
Y aún así, hay algo que quiero y puedo decirte.
Que pase lo que pase a partir de ahora, voy a quererte toda la vida.
Te lo prometo.
Leí el otro día este texto y he decidido escribirlo aquí. Me gustó mucho. Su autor, seguro que todos lo conocéis…No es otro que Risto Mejide.
13 comentarios
Galiana -
Una gran idea compartirlo con todos nosotros
Un abrazo
Elena -
No, ahora en serio, Risto me parece muy listo y muy agudo. Y la gente lista y aguada suele (no siempre) tener sensibilidad...
acoolgirl -
En las cosas del amor las promesas se pueden esfumar tan facilmente...
Un besazooo
Sega -
Te mando besos.
addicted -
Besitos
Cora -
Angemary -
¿Promesas? las justas, porque luego vienen las decepciones.
Yo9 solo prometo prometerme a mi mismo que pase lo que pase intentaré seguir hacia delante.
Muakissssssssss
Manuel -
Yo siempre he dado mucha importancia a la palabra, y sin embargo, a causa de éso, hubo quien me utilizó y manipuló a su conveniencia, como fué el caso de S***, una de las novias que tuve.
Hoy en día, por desgracia, a la palabra no se le da apenas valor, pues en general se da mucha más importancia a lo material que a lo ético.
Y así va el Mundo...
Un besote desde Valencia.
susana -
En cuanto a las promesas, no creo que sean necesarias. Creo que los hechos hablan mejor que las palabras. Un beso.
ELRAYAn -
su blog es sensacional, yo lo voy siguiendo.
MUAAAAAKS
Etiam -
Anda, coño, al final va a ser verdad lo que me dijeron hace un tiempo de que todo borde esconde en su interior un corazoncito muy tierno...
coletas -
un besote
Ira -
Un beso