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14 de julio

14 de julio

14 juillet. Fête nationale française…Cuando pasaba los veranos en Francia, era nuestro día favorito de todos cuantos estábamos allí. Durante ese día se suspendían las clases de francés que me obligaban a madrugar cada día y nos permitían ir a la playa también por la mañana o quedarnos en la residencia viendo la televisión o aprovechando para escribir a nuestros padres. Yo solía aprovechar para escaparme al puerto y ver las barcas de pescadores que estaban allí amarradas, hacía fotos, paseaba y tomaba el sol hasta la hora de comer, hora a la que nadie podía faltar si no queríamos ganarnos una buena reprimenda.

Pero aquel día nos gustaba por más motivos que por el hecho de tener la mañana libre, como por ejemplo, el hecho de que era de las pocas veces en que podía escaquearme de ir a la playa a cuidar a los niños que tenía a mi cargo durante unas horas, dos pequeños diablitos a los que les gustaba estar a remojo más que otra cosa, para mi desesperación, siendo yo más de secano. Ese día sus padres se ocupaban de ellos y nosotras nos pasábamos la tarde relajadas en la piscina. Aquellos días, la residencia se quedaba muy vacía. Muchas chicas se iban con sus familias, y nosotras, las extranjeras teníamos permiso “especial” para acercarnos hasta el pueblo, algo que nos hacía mucha ilusión puesto que en raras ocasiones podíamos trasnochar, pero aquel día se celebraba un enorme baile en la playa y era nuestra oportunidad para pasarlo bien. Generalmente, siempre había alguien que esperaba con más ansiedad que otras que llegara la noche, porque sería la excusa para poder hablar tranquilamente con aquel chico que llevaba viendo varios días en la playa sintiéndose libre de la mirada atenta de las monjas que cada día nos vigilaban. En aquella época me parecían una tontería esas cosas y una pérdida de tiempo fijarse en aquellos francesitos, aunque yo me pasara los días junto a mi mejor amigo de allí, no suponía casi ningún interés el universo masculino.

Para mí, lo mejor de aquel día era ir de noche a la playa, sentarme en la arena y ver los fuegos artificiales.

6 comentarios

monocamy -

Así que las monjas os vigilaban ¿eh? ahí todas entregaditas ellas, en el cuidado de las ovejas descarriadasssss xDDD

Pues aprovecharé tu momento nostalgia para dedicarte una breve cancionciLia:

Una espigaaa doradaaa
por el soooool....
El racimo que corta
el viñadoooooor...
Se convierten, en pan y vino,
de amor
En el cuerpo y la sangre
del Señooooor.

:D

Como hablamos de monjas y dices que eres de secano pues...

:PPP

Bechitoch :**

estrella fugaz -

Yo también he pasado algún 14 de julio en Francia, pero no los he vivido así. Me encanta poder recordar todas esas cosas que hicimos de pequeños.

Eliza -

¡¡¡Qué suerte poder pasar el verano en París!!! Yo en París viviría sin dudarlo.

ELRAYAn -

Somos un conjunto de vivencias. Somos lo que vivimos. A priori parecen insignificantes pero luego no podemos ser lo mismo sin ellas. Los fuegos artificiales fueron importantes, también la arena... ay la arena!!!!

Un beso.

Alba -

me gustan esos recuerdos :D te imagino por aquellas callejuelas francesas... aynssss

Besotes
PD.- Te he vuelto a enviar un correo hoy, te llegó????

Besotes!!!!!!!!!!

Dianuka -

Lo que centas me recuerda al verano que pasé en un internado en Inglaterra. Las escapadas al pueblo, las inspecciones de habitación todas las mañanas y todas las noches para ver si estábamos allí, el desarrollo de habilidades como bajar desde un segundo piso trepando por una tubería, el descubrimiento de lo poco que me gusta la comida inglesa, y también de lo que quería hacer el resto de mi vida...