Tan sólo letras
Recuerdo que solía escribir a menudo, por las tardes, avanzaba unas cuantas páginas de la historia que nunca terminé, aquella que pensaba enviar a una revista, o dejar leer a una poquita gente sin confesarles que eran mis letras. Siempre me dio mucha vergüenza, innecesaria, porque nunca llegó el caso.
La historia, arrugada ya, descansa en el tercer cajón de mi mesa de estudio, compartiendo polvo junto a diarios interrumpidos, escritos a trompicones, con más pedazos de tristezas que de alegrías, que nunca han sido amigas de la tinta.
En ocasiones, un hecho cotidiano o una anécdota, me llevaban a garabatear páginas en blanco, hoy folios amarillentos. Diseminados entre los recodos de mi habitación.
Ayer los reuní todos en una caja de esas de apariencia antigua que decoran espacios. A mano. Para leerlos de vez en cuando.
Quizá el siguiente paso sea recuperar esa historia que un día dejé.
No me he ido, aunque lo parezca. Sólo que mis palabras se alejaron por un tiempo de mi compañía.
No quiero esperar a estar triste para regresar. Por eso vuelvo hoy.
9 comentarios
simplementeyo -
Bego -
Maktub -
Manuel -
En todo caso, coincido con Susana en que nunca es tarde para continuar con esa historia...
Un saludito desde Valencia.
acoolgirl -
Me alegra que escribas un día cualquiera, simplemente, porque te apetece. Quizá hoy sea un buen día para coger esa historia ¿por qué no?
Un besitooo
susana -
Mikhon -
Besotes
Ira -
Un beso
codromix -
no sé porque la tristeza nos da mas pie a escribir que las alegrias, asi que releyendo esas hojas del pasado parecemos seres tristisimos cuando no era asi, verdad?
me alegro de volver a leerte