Días grises
Suele contar mi padre siempre que cuando yo nací, Héctor iba por los pasillos del hospital contando a todo el mundo que iba a tener una hermanita. A sus dos años, encantó a los médicos, asegurándoles que iba a cuidar de mí, porque él era mayor, y así fue durante una gran parte de mi niñez. Realmente, cuando pienso en mi infancia, aparece Héctor en casi todos mis recuerdos. Era hijo único, su madre sabía que siempre lo sería, pues no podría darle hermanos, los médicos habían sido claros. Por ello volcó en mí, la hija de sus vecinos, su cariño fraternal. Amigos desde siempre, nuestros padres planeaban vacaciones conjuntas, excursiones, y fiestas navideñas. Pues efectivamente, llegamos a ser casi una misma familia.
Vivíamos puerta con puerta, íbamos al mismo colegio, jugábamos en el mismo barrio y discutíamos casi a menudo, cosas de niños, ya se sabe. Yo me reía cuando Héctor aseguraba a todo el mundo que se casaría conmigo porque sólo él me aguantaría.
El día que tuve mi primera borrachera, me cubrió frente a mis padres durante horas, y cuando más tarde empezó a salir con chicas, me las presentaba como cuñaditas.
Hace unos años Héctor se marchó fuera a estudiar. El contacto diario con el tiempo pasó a convertirse en eventual, mensajes felicitándonos cumpleaños y navidades, y charlas aisladas.
Sus padres se mudaron, y toda relación se interrumpió, pues cada uno siguió con su vida.Hoy, a bastantes kilómetros de aquí, Héctor lucha contra el tiempo, conectado a una absurda máquina cuyo pitido, aunque lento, aún se escucha.
Hoy, algo se debilita también en mi interior…
12 comentarios
Alba -
Te mando mucha fuerza y ánimo, espero que pronto salga de ahí....
Un abrazo
Elena -
CaNaLLa -
¡Ánimo y un beso muy fuerte para ti y para Héctor!
Muak!
Su -
Deseo de todo corazón que Hector sea fuerte y salga hacia adeltane. De verdad.
Un abrazo
Gala -
Animo guapa!
Besitos
AOH/Rasczak -
Luna -
Sega -
Ire -
Un fuerte abrazo Piki. Ánimo.
susana -
Etiam -
Un besito
Manuel -
Sólo puedo mandarte todo mi apoyo, aunque sea desde la distancia.
Mientras haya vida, habrá esperanza.
Un fuerte abrazo desde Valencia.