A la vuelta de la esquina
Ultimamente no hago mas que contestar a la misma pregunta:¿Qué vas a hacer en Nochevieja?, pregunta que por otra parte desde hace semanas me irrita que me hagan, así que con un encogimiento de hombros, o con un bufido, depende del momento, contesto invariablemente: “No sé”.
Lo cierto es que casi todos los años lo decido a última hora, pero es que este año no quiero pensarlo, me agobia pensarlo. Me parece una noche en la que voy a tener que estar falsamente alegre sólo porque comienza un nuevo año.
Nunca había tenido una Nochevieja que mereciera la pena hasta el año pasado, y lo cierto es que este año el listón está muy alto, va a estar difícil superarla, o incluso alcanzarla de lejos, aunque no voy con esa idea.
Hace tiempo que decidí no volver a pisar una macrofiesta organizada, desde aquel año en que tuve que esperar hora y media en la calle para recoger el abrigo, con los zapatos llenos de porquería porque el baño se había inundado y con el vestido lleno de manchurrones de copas de garrafón que la gente me había tirado encima.
Lo que verdaderamente me gusta es reunirme con amigos en una casa y aprovechar así para vernos todos, porque hay gente que sólo aparece en ese tipo de fiestas.Pero este año no hay casa, o al menos nadie ha dicho nada al respecto, así que probablemente incluso hasta la víspera no sepa nada.Este año quiero que los planes me vengan hechos ya
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