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The World of Pikifiore

De risas

Mi vela

Mi vela

La noche me estaba gustando, y aún así cambió de color cuando entraste en ella. Como si se abriera una ventana en una habitación sin ventilar, trayendo un soplo de aire agradable. No sé cómo apareciste, tampoco cuándo, no puedo precisar si llevabas diez minutos a mi lado, o te materializaste como un espiritu. No puedo recordar cómo empecé a hablar contigo, ni porqué mis palabras se convirtieron en risas, no puedo explicar por qué me sentí como si te conociera de toda la vida, ni la sensación de sentirme como un náufrago que divisa un barco en el horizonte.

Quizá fuiste mi vela en esa noche, quizá mi motor nuevo en mi coche estropeado, quizá fuiste la escalera para salvar esa altura o la fruta que alimenta un estómago hambriento.

No sé lo que fuiste, pero desde entonces fuiste.

Ahora pienso en ti, no como una mujer piensa en un hombre, no con deseo, ni con amor, sino como un corazón que busca un cómplice, un amigo.

Mirando al mar soñé...

Mirando al mar soñé...

Siento mi absentismo de los últimos tiempos, debe ser que la llegada del calor hace que mi inspiración se tome un descanso. Buenos meses para la inactividad.

Mi vida sigue un camino color azul,y de momento el terreno está despejado sin piedras a la vista.

Me tomo unos días de descanso para ver el mar, que se echa tanto de menos por estas tierras.

Volveré con nuevos escritos.

Ella es una chica pop...

Hace ya mucho tiempo, un amigo me pasó una canción y me dijo: “Escúchala, seguro que te va a gustar”.

En aquellos tiempos yo pasaba por algo parecido a una crisis emocional y no sabía muy bien  dónde me reconduciría aquello. Puse el tema un buen día mientras ordenaba mi ropa y tres minutos más tarde tenía la cara tan llena de lagrimones que algo hizo “clic” dentro de mí. Me dí cuenta de que me estaba muriendo de ganas de decirle a ese chico perdido que le iba a echar de menos, tal como le sucedía a la dulce voz que sonaba en mi reproductor.

Aquello me hizo pensar en las ganas que tenía de volver a verle, de hablarle y coger su mano…así que marqué un número…

Hoy vivo mi "fabulosa historia" con Toni, y sé que, en parte, se lo debo a esa letra y a esa “chica pop”, que a lo largo del tiempo que la he seguido me ha transmitido siempre emociones tan positivas, y a la cual he podido escuchar en directo varias veces, cogida de la mano de mi chico. El mismo al que un día lloré.

 

Te deseo toda la suerte del mundo Zahara.

Paseo por la Navidad

Paseo por la Navidad

Un año más, el bombo no contenía mi número. La mañana del día 22 pasa volando, tan deprisa como la ilusión de poseer un décimo premiado. Hoy en el despacho, nuestra banda sonora salía de una vieja radio que hace dos semanas encontramos semi abandonada en una de las plantas superiores. El soniquete de los niños de San Ildefonso nos ha amenizado las horas en un edificio semi vacío, pues casi todo el mundo ha cogido vacaciones.

Yo este año, sacaré tiempo para estudiar entre polvorones y turrones de chocolate. Y quizá, tras las fiestas me toque mi loteria particular, aunque, hoy por hoy, no creo tener el número premiado.

Ayer me empapé un poco del ambiente madrileño del Centro. Comimos calamares y sorteamos las riadas de gente que bajaban de ver Cortylandia, donde un año más se repite una melodía que escuché por vez primera con dos años de vida. Globos en Sol y gente abigarrada en los puestos de la Plaza Mayor, en un mercadillo que año tras año me hace recordar a un pobre abuelo buscando a Chencho entre los puestos de belenes, sin resultado positivo. Una imagen que me quedó grabada en mi mente de niña.

Comienzan las fiestas. Pronto terminará el año. Una vez más, deseos positivos para todos.

Bienvenida a tu historia

Bienvenida a tu historia

Aún no puedo creer que ella, ni niña, mi novia alada, haya hecho realidad su mayor deseo.La pequeña respira pausadamente al otro lado del cristal. Si no fuera por ese imperceptible movimiento, podría pensar que estoy observando una muñeca, como la que tuve en mi infancia, como aquella que llevaba a todas partes.No he conseguido verle los ojos, son verdes, según dicen. Seguro que se parecen a los de su madre. La misma que está a mi lado con ojos vidriosos.

No llores más princesa, la niña duerme tranquila. Hazlo tú también. Todo irá bien a partir de ahora.

 

Princesa de un cuento infinito

Princesa de un cuento infinito

Hace un año, mi mejor amiga se independizó. Entonces, tuve miedo de que las cosas dejaran de ser como siempre y de que nos distanciaramos. Hoy, lo que más me apetece es seguir sus pasos, creo que tengo que volar sola.

Encontró un piso luminoso en el centro, y allí vive con su novio y, ocasionalmente, su hermana casi de sangre: yo.

Cuando las circunstancias me superan, las noches se preven largas o el tiempo no acompaña, tengo una cama dispuesta a acogerme y un oído dispuesto a escucharme.

El otro día, en una de mis frecuentes visitas, unas cajas de cartón invadían una esquina del salón, en ellas, infinidad de material de video, viejas cintas para editar que recogen infinitos momentos.

Ángeles y yo, nos conocimos cuando teníamos dos años, cuando yo arrollé su mano derecha con mi triciclo. Desde entonces somos amigas. También desde entonces, ella luce una cicatriz en su dedo anular, que agita frente a mi cara cuando se enfada.

En esas cajas, no sólo estaba parte de su vida, también lo estaba la mía, y una mezcla de risa y tristeza me cubrió los ojos cuando vimos fragmentos de fiestas, cumpleaños, días en la playa y fiestas en la universidad.

Cuando llegué a mi casa, continué removiendo el paso de los años. Han posado muchas personas en mis fotos, muchas de ellas dejaron de posar y desaparecieron. Sólo ella permanece, año tras año. Desde 1981.

Gracias por todo.

Lo que me hace feliz

Lo que me hace feliz

Hace un tiempo, Susana, me encargó un meme que describiera catorce cosas que me hacen feliz, hoy, después de unos días, me pongo a ello

-Dormir profundamente y sentir que me rodean los brazos de la persona que quiero

-Tomar un café templadito con una buena tarta, en agradable compañía mientras fuera llueve o es de noche

-Ver una película de amor tapada con una mantita y apoltronada en el sofá

-Los fines de semana llenos de planes

- Escuchar reir a mi gente. Pensar en el bebé que ella espera.

- Los momentos en los que consigo llevarme bien con mi madre

- Poner el telediario y escuchar una buena noticia

- Recuperar el cariño de personas a quienes creí perder y mantener el de la gente que me rodea

- Sentarme a orillas del pantano cerca de mi pueblo a perderme en mis pensamientos.

- Escribir y recibir comentarios positivos

- Llorar de risa

- Sus palabras, sus gestos, pensar en lo que es y pensé que no sería nunca.

- Viajar

- Tener planes de futuro

La felicidad está en los pequeños momentos y en los hechos más cotidianos, aunque muchas veces, no nos damos ni cuenta.

Sol de otoño

Sol de otoño

Estoy bien. Muy tranquila y bien. Con Toni las cosas marchan estupendamente, con sus días buenos y sus días peores como en toda relación. Es alguien que me apoya, me quiere y hace que desee superarme a mí misma y hacerle feliz. Mi súbita tristeza no fue por él, puesto que él sólo me transmite alegrías.

Hay veces en la vida en las que sentimos que una persona está tan unida a ti, y tú a ella, que acaba formando parte de ti mismo, y cuando ese alguien sale de tu vida, o haces que salga, es como si se llevara una parte tuya. Un cachito de corazón.

El día que escribí el último post, había visto a ese alguien. Y junto a la alegría que ese hecho me produce, me invadió la pena del recuerdo, de tantos momentos que tuvimos en su día. Por eso escribí esas palabras.

Siento haberos preocupado.

Estoy bien. Llega el otoño, caen las hojas y es momento de marcarse nuevas metas y trazar nuevos recorridos…con una sonrisa en los labios

Un descanso

Un descanso

Por segunda vez, echo el cierre temporal a esta página. Hoy cojo las vacaciones largas, veinte días de desconexión, de viajes y porqué no, de fiesta, que nunca viene mal. Hoy empiezan las fiestas en un gran número de nuestros pueblos,y el mío no iba a ser menos. Me reencontraré con viejos amigos, y quizá viejos amores. Y tras unos días de descanso, volaré a conocer nuevos mundos…y a beber buen whisky.

Portaos bien.

Buenos días, Madrid

Buenos días, Madrid

El molesto sonido del despertador ha puesto fin a mi deseada semana de descanso a la temprana hora de las seis de la mañana. Me ha resultado extraño levantarme de mi cama ¿dónde quedó la confortable habitación del pequeño apartamento desde donde se podía escuchar el sonido de las olas? Lejos, allá en la isla. Ha sido sustituido por un desagradable pitido de un claxon. Bienvenida a tu mundo, Fiore. Despierta. Te presento a la rutina. Ganas me han dado de taparme con la almohada y darme media vuelta.

La maleta a medio deshacer es lo único que me queda pendiente. Hoy he ido a trabajar, pero estoy contenta, por lo bien que lo he pasado y porque en unos días vuelvo a marcharme.

No me he puesto morena, es difícil cuando se usa una crema de protección total, pero al menos se me ha quitado el blanco puerro que adornaba mi piel. La playa, la he pisado, pero la he catado más bien poco, a partir de las seis de la tarde, que es cuando me gusta a mí. El resto del día, a conocer rincones, visitar pueblitos, serpentear carreteras, descubrir calas increíbles, perdernos mil veces…He descubierto que soy mejor conductora de lo que pensaba.

Mil historias contaría, pero la pila de documentación sobre mi mesa es tan alta que apenas tengo minutos para escribir. Buenos días, trabajo.

Huele a crema...

Huele a crema...

…y es que estoy con un pie en la playa. Esta tarde, cuando consiga cerrar la maleta, que en mi caso no es tarea fácil, parto al aeropuerto. Estaré fuera una semanita. Cuidaos mucho.

A tí, hoy

A tí, hoy

El único color que quiero pintarte es el verde, que viste de esperanza los días. Lo único que quiero que dibujes es una sonrisa en tu cara.

Lo único que deseo que escribas es la palabra “adelante”. Lo que te pido que escuches es el sonido de tu risa cuando la prodigas.

Lo único que me gustaría regalarte es ilusión.

 

¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!

Cálidas noches

Cálidas noches

Comienza la época que más me gusta, en la que los días son largos y las noches tranquilas, y se puede salir sin chaqueta y tomar algo en las terracitas mientras comento a mi niño los acontecimientos diarios. Empiezo el turno intensivo y parece que los días se aprovechan más.

El fin de semana que se ha ido, ha sido el preludio de la época estival. Un fin de semana especial para mí por muchos motivos, pero sobretodo porque reuní a algunas de mis personas queridas en el fresquito de mi terraza, brindando y contemplando las luces que se reflejaban en la tranquila piscina nocturna, donde apenas unas horas antes habíamos estado tumbados inaugurando la temporada. Estar en esa terraza me hace sentir tranquila, ver a lo lejos las montañas me devuelve a la vida. Escuchaba las risas y los juegos de mis amigos mientras, sentada mirando esas montañas, hablaba por teléfono con alguien que me faltaba, a muchos kilómetros de distancia, pero muy cerca para todos nosotros.

Me encanta recibir a gente en aquella casa, todos los años comienza el verano así, atendiendo a una especie de ritual, cenamos en el mismo sitio y nos reencontramos con caras que no hemos frecuentado durante el invierno.

Este año, Toni me acompañaba por primera vez. Y así lo hizo el domingo también con mis padres. Fue una comida importante para mí y lo pasamos estupendamente. Ahora puedo decir que se está consolidando cada día más.

Quema el sol

Quema el sol

Cuesta arriba se hace ir al trabajo este lunes, que tiene indicios de ser el primero, por fin, de la temporada calurosa. El metro rebosaba esta mañana y las carreteras colapsadas practicaban un ejercicio habitual desde hace años. Pensaba en todo ello ayer, tras volver de una escapada de fin de semana lejos del pitido de los coches.

El viernes, después de un atasco de salida de la capital, y cuatro horas de viaje, empecé por fín a oler a mar, y a notar la brisa cálida en mi rostro, tan poco acostumbrada a ella. Me siento bien cuando llego a un lugar de costa, habituada como estoy al asfalto. Y la tierra de la niña Alba, era un buen escenario para desconectar.

Hemos hecho un montón de cosas, pero sobretodo, comer, jajaja. Queso empanado y mojete, palabra que he descubierto este fin de semana. Beber ron con miel, para terminar quedándonos con la botella, hacer un book completo, con material fotográfico para cuatro años, bailar en medio de la calle a las 12 del mediodía, espectadores incluidos, tumbarnos al sol en una cala muy linda, (bueno, eso los demás, yo me dediqué a buscar infructuosamente un lugar en sombra), intentar ver el partido de la selección y quedarme dormida, y sobretodo…ver el puerto de noche, con las luces del faro y los reflejos de los barcos en el agua. Siempre me encanta contemplarlo así, y como lo hago en contadas ocasiones, me produce una sensación especial.

Ahora el mar está lejos, fuera está teniendo lugar un concierto de claxons y la temperatura ambiental es sofocante, menos mal que siempre quedan esas escapadas.

Además, tengo que bailar otra coreografía…

Respirando

Respirando

Hoy ha salido el sol un poquito, yo veo el cielo muy azul porque las nubes se han ido hacia el oeste. Quiero poner fin a esta semana de pesadilla y nada mejor que empezar el día abrazando a mi chico. Los miedos se van metiendo poquito a poquito en cajones, como la ropa de invierno. Como el frío, que aunque lento, empieza a marcharse.

Ayer, al igual que hoy, amanecí con otro ánimo. Mi cabeza, más descansada, más tranquila mi conciencia.

El motivo de mis ansiedades era una cita médica que llevaba mucho tiempo retrasando, y a la que había dado una importancia desmesurada, aunque a mí no me lo parecía. Por suerte, parece que las cosas andan en órden, aunque tengo que seguir cuidándome bastante.

Comienza un nuevo mes, una nueva semana, y muchos planes.

Y vimos el mar

Y vimos el mar

Vuelvo después de un puente de cuatro días, vuelvo a mi casa  con la sensación de que he ganado mucho en esta escapada, y la sonrisa se amplía, y el álbum de fotos también.

Después de casi un año con Toni, tenía la sensación de que él había estado mucho más tiempo con mis amigas, que yo en su entorno. Nunca me ha llamado excesivamente la atención salir con ellos, más por cuestión de afinidades que por simpatías. El caso es que se planeó pasar el puente en plan hermandad y me he visto envuelta en una escapada con Toni, y doce personas más, prácticamente extrañas para mí. Y en la que las chicas brillaban por su ausencia.

He podido comprobar cómo es Toni en su salsa, y lo divertidas que pueden resultar estas experiencias. Hacía mucho que no viajaba en grupo, y la sensación de copar casi una planta del hotel, y bajar en tropel al desayuno o desaparecer para fumar una cachimba sin que Toni esté presente en todo momento, me ha encantado. Saber que puedo ser aceptada por su gente, que en otros tiempos resultó tan distante, cuando se rompió nuestra relación hace dos años. Es como si esa etapa se hubiera diluido en el aire.

Me ha gustado ver cómo los antiguos prejuicios de Toni, respecto a unir amigos y amor, han desaparecido.

Pero lo más importante, lo que más ha merecido la pena, lo que hará que recuerde este viaje, es que por fín, vimos juntos el mar. Hubo un tiempo en que pensé que nunca lo haríamos.

Situaciones

Situaciones

Mi jefa dice que ahora ya somos una empresa moderna, como las americanas, porque llevamos todos los días el tupper a la oficina, cuando dice eso, me dan ganas de sacudirla con el tenedor entre los dientes, porque lo más cerca que ha estado ella de esos recipientes es cuando pasa por delante de la estantería de menaje del Carrefour. A veces pienso que el botox se le ha subido a la cabeza y le ha producido embriaguez.

Mi nuevo despacho tiene unas vistas impresionantes…al patio de carga y descarga, no me puedo quejar del cambio porque entra más luz, dice ella. Teniendo en cuenta que el de antes daba a un jardín florido…

Ahora tengo un magnifico lugar que hace las veces de comedor, con un compañero tan sociable que es como comer con Bob el Silencioso, y que sólo manifiesta su presencia tamborileando con los dedos en la mesa. Menos mal que mis compañeras también se unen a la fiesta.

Como tenemos tiempo a mediodía, hemos decidido apuntarnos a un gimnasio cerca del trabajo, a ver si con un poco de suerte nos encontramos con el hermano perdido de Darek, además, ahora que empieza el buen tiempo proliferan las terrazas, así que hemos iniciado un grupo de fichaje para localizar aquellas que tengan los precios más razonables, que mi nómina ya no se puede estirar más.

Lo que sí puedo estirar es mi tiempo de permanencia fuera de aquello que llamamos hogar. Mi hermano, necesitado de dinero, se ha embarcado en la aventura de las clases particulares, así que se ha puesto a enseñar inglés a tres o cuatro pijillas de la zona, con sus pulseritas y sus polos y su “I need speak english to go to the club with mom…” (o M.A.M), y ha establecido el salón como aula improvisada, así que, cuanto más tarde llegue yo, mejor, aunque estoy pensando en convertirme yo también en alumna, por aquello de aprender el acento. No, el pijo, no.

Y las noches, esas sí que son divertidas, mi vecino se ha empeñado en que todo el edificio aprenda a bailar Batuka, y sus videos suenan una y otra vez, atormentándome. Quizá no es tan malo, a lo mejor así me ahorro el gimnasio.

Al final…¿estaré mejor trabajando?

Y nos vimos...

Y nos vimos...

“Lo tuvimos tan cerca que nunca lo vimos, lo perdimos tan fácil que valió la pena, y ahora quiero llamarte por teléfono, decirte que aunque no me diera cuenta en aquel momento aquello fue importante para mí…”

Cada nueva letra que escucho suya, hago enseguida mía, me invaden tantas cosas cuando suena su guitarra…Allí, en el Palacio, cuando sonaron los primeros acordes de mi canción, ya tenía los ojos llenos de lágrimas. La escuché durante tantos días seguidos que siempre pensé que ese hecho tuvo mucho que ver en lo que hoy soy y en el rumbo que tomaron los acontecimientos.

Fueron casi tres horas, que constituyeron uno de los buenos momentos del fin de semana.

Y después, con la emoción aún a flor de piel, llegaron ellas. Las pequeñas reinas del este, del norte y del sur, cargadas de energía y de buen rollo, que dejaron la capital oliendo a pólvora tras haber prendido un castillo de fuegos artificiales con la Violetera de testigo, que me enseñaron rincones de la capital por los que, aun siendo mi casa, nunca pasé y que se puede conocer a una persona en dos dimensiones antes de verla en la tercera.

No importó la lluvia. El sol lo pusimos nosotras.

Prueba superada

Prueba superada

Después de largas horas de espera, de unos cuantos cafés en vena y de un montón de uñas mordidas, la puerta del despacho se abrió y con ella, un nuevo periodo. Me quedo, finalmente parece que todo continuará igual.

Ahora toca un paréntesis de descanso obligado, me cogeré unos días. Son muchas cosas las que tengo pendientes.

Muchas gracias a todos.

¿Jugamos?

Hoy os propongo un juego, un post algo diferente, a ver qué tal queda.

Si os unís, estas son las reglas:

1. Yo escribo el comienzo del post, un pequeño fragmento

2. La historia se va completando aquí como si cada fragmento fuera un comentario

3. Se puede participar más de una vez.

4. El décimo participante cerrará la historia.

5. El conjunto completo lo editaré como siguiente post, para que leamos la historia estructurada.

Esto no es exclusivo, si os gusta, podéis hacerlo en vuestros blogs con más historias.

Este es el comienzo de mi relato:

“Aquella noche, ella no podía dormir, necesitaba tranquilizarse y poner en órden sus ideas y no sabía cómo empezar. Su habitación estaba en penumbra, rota solamente por los reflejos tímidos que la luz de la luna dibujaba en la pared. Cansada de dar vueltas en la cama, se levantó y a oscuras cruzó el salón y salió al balcón. Se encendió un cigarro y apoyándose en la barandilla, miró a la luna y le preguntó…”

Ahora es vuestro turno.